La guerra terrorista se ha trasladado en los últimos días a internet. La cruzada en su contra la inició el grupo Anonymous tras los atentados de París con la publicación de este vídeo:
La amenaza contra los extremistas de Al Qaeda, ISIS y el terrorismo en general por asesinar a los periodistas de Charlie Hebdo estaba en marcha desde el viernes bajo en hashtag #OpCharlieHebdo.
Tras el anuncio, llegaban los ataques y el mismo sábado el grupo tumbaba ansar-alhaqq.net, un sitio web yihadista francés, y nombraron decenas de cuentas de Twitter que el grupo de hackers, afirma, pertenecen a los yihadistas.
La respuesta llegaba hace unas horas. Simpatizantes del Estado Islámico, que se presentan como un grupo denominado “cibercalifato”, hackeaban la red informática del Pentágono con amenazas como “Soldados americanos estamos llegando. Vigilad vuestras espaldas” agregando que lo saben todo sobre sus mujeres e hijos.
En la cuenta oficial del mando central del Ejército estadounidense, que llegó a ser suspendida por Twitter, publicaron una lista de generales y de direcciones aparentemente asociadas a ellos y mapas de instalaciones militares de China y Corea del Norte.
En la cuenta de YouTube colocaron vídeos de propaganda del grupo mostrando operaciones militares.
Cabe destacar que Centcom es el comando estadounidense que maneja las operaciones en Medio Oriente, Asia Central y África del Norte y desde donde se coordina la ofensiva contra el Estado Islámico en Irak y Siria.
El hackeo tenía lugar, casualidad o no, al mismo tiempo que Barack Obama estaba dando una conferencia sobre ciber seguridad. Seguridad que, como hemos visto, parece ha sido burlada fácilmente, con algo que podría ir más allá de un hackeo, ya que la Casa Blanca ha advertido que la investigación está en marcha y que no es lo mismo que un robo de información.
Los medios que tiene Estado Islámico, vídeos, propaganda y redes sociales realmente activas, a través de las que incluso captan a sus colaboradores, ponen de manifiesto que se están adaptando a los nuevos tiempos. La batalla se juega ahora en la red.
